Salmos 43

Súplica de liberación

43 Dios mío, ¡hazme justicia! ¡Defiéndeme!
¡Líbrame de gente impía, mentirosa e inicua!
Tú eres mi Dios, mi fortaleza;
¿por qué me has abandonado?
¿Por qué debo andar acongojado
y sufrir por la opresión del enemigo?

Envía tu luz y tu verdad;
ellas me guiarán hasta tu santo monte,
me conducirán hasta el templo donde habitas.
Me acercaré entonces a tu altar, mi Dios,
y allí, mi Dios, te alabaré al son del arpa,
pues tú eres mi Dios, mi gozo y alegría.

¿Por qué te desanimas, alma mía?
¿Por qué te inquietas dentro de mí?
Espera en Dios, porque aún debo alabarlo.
¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador!

Salmos 42

Mi alma tiene sed de Dios

Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré.

42 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
    Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?

Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?

Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí;
De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios,
Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.

¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.

Dios mío, mi alma está abatida en mí;
Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,
Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.

Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;
Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.

Pero de día mandará Jehová su misericordia,
Y de noche su cántico estará conmigo,
Y mi oración al Dios de mi vida.

Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí?
¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?

10 Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan,
Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?

11 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.

Salmos 41

Oración pidiendo salud

Al músico principal. Salmo de David.

41 Bienaventurado el que piensa en el pobre;
    En el día malo lo librará Jehová.

Jehová lo guardará, y le dará vida;
Será bienaventurado en la tierra,
Y no lo entregarás a la voluntad de sus enemigos.

Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor;
Mullirás toda su cama en su enfermedad.

Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí;
Sana mi alma, porque contra ti he pecado.

Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando:
¿Cuándo morirá, y perecerá su nombre?

Y si vienen a verme, hablan mentira;
Su corazón recoge para sí iniquidad,
Y al salir fuera la divulgan.

Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen;
Contra mí piensan mal, diciendo de mí:

Cosa pestilencial se ha apoderado de él;
Y el que cayó en cama no volverá a levantarse.

Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía,
Alzó contra mí el calcañar.

10 Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar,
Y les daré el pago.

11 En esto conoceré que te he agradado,
Que mi enemigo no se huelgue de mí.

12 En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado,
Y me has hecho estar delante de ti para siempre.

13 Bendito sea Jehová, el Dios de Israel,
Por los siglos de los siglos.
Amén y Amén. ms LIBRO II

Salmos 40

Alabanza por la liberación divina

(Sal. 70.1-5)

Al músico principal. Salmo de David.

40 Pacientemente esperé a Jehová,
    Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor.

Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso;
Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos.

Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios.
Verán esto muchos, y temerán,
Y confiarán en Jehová.

Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza,
Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira.

Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas;
Y tus pensamientos para con nosotros,
No es posible contarlos ante ti.
Si yo anunciare y hablare de ellos,
No pueden ser enumerados.

Sacrificio y ofrenda no te agrada;
Has abierto mis oídos;
Holocausto y expiación no has demandado.

Entonces dije: He aquí, vengo;
En el rollo del libro está escrito de mí;

El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado,
Y tu ley está en medio de mi corazón.

He anunciado justicia en grande congregación;
He aquí, no refrené mis labios,
Jehová, tú lo sabes.

10 No encubrí tu justicia dentro de mi corazón;
He publicado tu fidelidad y tu salvación;
No oculté tu misericordia y tu verdad en grande asamblea.

11 Jehová, no retengas de mí tus misericordias;
Tu misericordia y tu verdad me guarden siempre.

12 Porque me han rodeado males sin número;
Me han alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista.
Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón me falla.

13 Quieras, oh Jehová, librarme;
Jehová, apresúrate a socorrerme.

14 Sean avergonzados y confundidos a una
Los que buscan mi vida para destruirla.
Vuelvan atrás y avergüéncense
Los que mi mal desean;

15 Sean asolados en pago de su afrenta
Los que me dicen: !!Ea, ea!

16 Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,
Y digan siempre los que aman tu salvación:
Jehová sea enaltecido.

17 Aunque afligido yo y necesitado,
Jehová pensará en mí.
Mi ayuda y mi libertador eres tú;
Dios mío, no te tardes.

Salmos 39

El carácter transitorio de la vida

Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.

39 Yo dije: Atenderé a mis caminos,
    Para no pecar con mi lengua;
    Guardaré mi boca con freno,
    En tanto que el impío esté delante de mí.

Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de lo bueno;
Y se agravó mi dolor.

Se enardeció mi corazón dentro de mí;
En mi meditación se encendió fuego,
Y así proferí con mi lengua:

Hazme saber, Jehová, mi fin,
Y cuánta sea la medida de mis días;
Sepa yo cuán frágil soy.

He aquí, diste a mis días término corto,
Y mi edad es como nada delante de ti;
Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah

Ciertamente como una sombra es el hombre;
Ciertamente en vano se afana;
Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.

Y ahora, Señor, ¿qué esperaré?
Mi esperanza está en ti.

Líbrame de todas mis transgresiones;
No me pongas por escarnio del insensato.

Enmudecí, no abrí mi boca,
Porque tú lo hiciste.

10 Quita de sobre mí tu plaga;
Estoy consumido bajo los golpes de tu mano.

11 Con castigos por el pecado corriges al hombre,
Y deshaces como polilla lo más estimado de él;
Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah

12 Oye mi oración, oh Jehová, y escucha mi clamor.
No calles ante mis lágrimas;
Porque forastero soy para ti,
Y advenedizo, como todos mis padres.

13 Déjame, y tomaré fuerzas,
Antes que vaya y perezca.

Salmos 38

Oración de un penitente

Salmo de David, para recordar.

38 Jehová, no me reprendas en tu furor,
    Ni me castigues en tu ira.

Porque tus saetas cayeron sobre mí,
Y sobre mí ha descendido tu mano.

Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira;
Ni hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado.

Porque mis iniquidades se han agravado sobre mi cabeza;
Como carga pesada se han agravado sobre mí.

Hieden y supuran mis llagas,
A causa de mi locura.

Estoy encorvado, estoy humillado en gran manera,
Ando enlutado todo el día.

Porque mis lomos están llenos de ardor,
Y nada hay sano en mi carne.

Estoy debilitado y molido en gran manera;
Gimo a causa de la conmoción de mi corazón.

Señor, delante de ti están todos mis deseos,
Y mi suspiro no te es oculto.

10 Mi corazón está acongojado, me ha dejado mi vigor,
Y aun la luz de mis ojos me falta ya.

11 Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga,
Y mis cercanos se han alejado.

12 Los que buscan mi vida arman lazos,
Y los que procuran mi mal hablan iniquidades,
Y meditan fraudes todo el día.

13 Mas yo, como si fuera sordo, no oigo;
Y soy como mudo que no abre la boca.

14 Soy, pues, como un hombre que no oye,
Y en cuya boca no hay reprensiones.

15 Porque en ti, oh Jehová, he esperado;
Tú responderás, Jehová Dios mío.

16 Dije: No se alegren de mí;
Cuando mi pie resbale, no se engrandezcan sobre mí.

17 Pero yo estoy a punto de caer,
Y mi dolor está delante de mí continuamente.

18 Por tanto, confesaré mi maldad,
Y me contristaré por mi pecado.

19 Porque mis enemigos están vivos y fuertes,
Y se han aumentado los que me aborrecen sin causa.

20 Los que pagan mal por bien
Me son contrarios, por seguir yo lo bueno.

21 No me desampares, oh Jehová;
Dios mío, no te alejes de mí.

22 Apresúrate a ayudarme,
Oh Señor, mi salvación.

Salmos 37

El camino de los malos

Salmo de David.

37 No te impacientes a causa de los malignos,
    Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad.

Porque como hierba serán pronto cortados,
Y como la hierba verde se secarán.

Confía en Jehová, y haz el bien;
Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad.

Deléitate asimismo en Jehová,
Y él te concederá las peticiones de tu corazón.

Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.

Exhibirá tu justicia como la luz,
Y tu derecho como el mediodía.

Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.
No te alteres con motivo del que prospera en su camino,
Por el hombre que hace maldades.

Deja la ira, y desecha el enojo;
No te excites en manera alguna a hacer lo malo.

Porque los malignos serán destruidos,
Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra.

10 Pues de aquí a poco no existirá el malo;
Observarás su lugar, y no estará allí.

11 Pero los mansos heredarán la tierra,
Y se recrearán con abundancia de paz.

12 Maquina el impío contra el justo,
Y cruje contra él sus dientes;

13 El Señor se reirá de él;
Porque ve que viene su día.

14 Los impíos desenvainan espada y entesan su arco,
Para derribar al pobre y al menesteroso,
Para matar a los de recto proceder.

15 Su espada entrará en su mismo corazón,
Y su arco será quebrado.

16 Mejor es lo poco del justo,
Que las riquezas de muchos pecadores.

17 Porque los brazos de los impíos serán quebrados;
Mas el que sostiene a los justos es Jehová.

18 Conoce Jehová los días de los perfectos,
Y la heredad de ellos será para siempre.

19 No serán avergonzados en el mal tiempo,
Y en los días de hambre serán saciados.

20 Mas los impíos perecerán,
Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros
Serán consumidos; se disiparán como el humo.

21 El impío toma prestado, y no paga;
Mas el justo tiene misericordia, y da.

22 Porque los benditos de él heredarán la tierra;
Y los malditos de él serán destruidos.

23 Por Jehová son ordenados los pasos del hombre,
Y él aprueba su camino.

24 Cuando el hombre cayere, no quedará postrado,
Porque Jehová sostiene su mano.

25 Joven fui, y he envejecido,
Y no he visto justo desamparado,
Ni su descendencia que mendigue pan.

26 En todo tiempo tiene misericordia, y presta;
Y su descendencia es para bendición.

27 Apártate del mal, y haz el bien,
Y vivirás para siempre.

28 Porque Jehová ama la rectitud,
Y no desampara a sus santos.
Para siempre serán guardados;
Mas la descendencia de los impíos será destruida.

29 Los justos heredarán la tierra,
Y vivirán para siempre sobre ella.

30 La boca del justo habla sabiduría,
Y su lengua habla justicia.

31 La ley de su Dios está en su corazón;
Por tanto, sus pies no resbalarán.

32 Acecha el impío al justo,
Y procura matarlo.

33 Jehová no lo dejará en sus manos,
Ni lo condenará cuando le juzgaren.

34 Espera en Jehová, y guarda su camino,
Y él te exaltará para heredar la tierra;
Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.

35 Vi yo al impío sumamente enaltecido,
Y que se extendía como laurel verde.

36 Pero él pasó, y he aquí ya no estaba;
Lo busqué, y no fue hallado.

37 Considera al íntegro, y mira al justo;
Porque hay un final dichoso para el hombre de paz.

38 Mas los transgresores serán todos a una destruidos;
La posteridad de los impíos será extinguida.

39 Pero la salvación de los justos es de Jehová,
Y él es su fortaleza en el tiempo de la angustia.

40 Jehová los ayudará y los librará;
Los libertará de los impíos, y los salvará,
Por cuanto en él esperaron.

Salmos 36

La misericordia de Dios

Al músico principal. Salmo de David, siervo de Jehová.

36 La iniquidad del impío me dice al corazón:
    No hay temor de Dios delante de sus ojos.

Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos,
De que su iniquidad no será hallada y aborrecida.

Las palabras de su boca son iniquidad y fraude;
Ha dejado de ser cuerdo y de hacer el bien.

Medita maldad sobre su cama;
Está en camino no bueno,
El mal no aborrece.

Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia,
Y tu fidelidad alcanza hasta las nubes.

Tu justicia es como los montes de Dios,
Tus juicios, abismo grande.
Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.

!!Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia!
Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas.

Serán completamente saciados de la grosura de tu casa,
Y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.

Porque contigo está el manantial de la vida;
En tu luz veremos la luz.

10 Extiende tu misericordia a los que te conocen,
Y tu justicia a los rectos de corazón.

11 No venga pie de soberbia contra mí,
Y mano de impíos no me mueva.

12 Allí cayeron los hacedores de iniquidad;
Fueron derribados, y no podrán levantarse.

Salmos 35

Plegaria pidiendo ser librado de los enemigos

Salmo de David.

35 Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden;
    Pelea contra los que me combaten.

Echa mano al escudo y al pavés,
Y levántate en mi ayuda.

Saca la lanza, cierra contra mis perseguidores;
Di a mi alma: Yo soy tu salvación.

Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida;
Sean vueltos atrás y avergonzados los que mi mal intentan.

Sean como el tamo delante del viento,
Y el ángel de Jehová los acose.

Sea su camino tenebroso y resbaladizo,
Y el ángel de Jehová los persiga.

Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo;
Sin causa cavaron hoyo para mi alma.

Véngale el quebrantamiento sin que lo sepa,
Y la red que él escondió lo prenda;
Con quebrantamiento caiga en ella.

Entonces mi alma se alegrará en Jehová;
Se regocijará en su salvación.

10 Todos mis huesos dirán: Jehová, ¿quién como tú,
Que libras al afligido del más fuerte que él,
Y al pobre y menesteroso del que le despoja?

11 Se levantan testigos malvados;
De lo que no sé me preguntan;

12 Me devuelven mal por bien,
Para afligir a mi alma.

13 Pero yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio;
Afligí con ayuno mi alma,
Y mi oración se volvía a mi seno.

14 Como por mi compañero, como por mi hermano andaba;
Como el que trae luto por madre, enlutado me humillaba.

15 Pero ellos se alegraron en mi adversidad, y se juntaron;
Se juntaron contra mí gentes despreciables, y yo no lo entendía;
Me despedazaban sin descanso;

16 Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes,
Crujieron contra mí sus dientes.

17 Señor, ¿hasta cuándo verás esto?
Rescata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones.

18 Te confesaré en grande congregación;
Te alabaré entre numeroso pueblo.

19 No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos,
Ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo.

20 Porque no hablan paz;
Y contra los mansos de la tierra piensan palabras engañosas.

21 Ensancharon contra mí su boca;
Dijeron: !!Ea, ea, nuestros ojos lo han visto!

22 Tú lo has visto, oh Jehová; no calles;
Señor, no te alejes de mí.

23 Muévete y despierta para hacerme justicia,
Dios mío y Señor mío, para defender mi causa.

24 Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío,
Y no se alegren de mí.

25 No digan en su corazón: !!Ea, alma nuestra!
No digan: !!Le hemos devorado!

26 Sean avergonzados y confundidos a una los que de mi mal se alegran;
Vístanse de vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.

27 Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa,
Y digan siempre: Sea exaltado Jehová,
Que ama la paz de su siervo.

28 Y mi lengua hablará de tu justicia
Y de tu alabanza todo el día.

Salmos 34

34 Bendeciré a Jehová en todo tiempo;
Su alabanza estará de continuo en mi boca.

En Jehová se gloriará mi alma;
Lo oirán los mansos, y se alegrarán.

Engrandeced a Jehová conmigo,
Y exaltemos a una su nombre.

Busqué a Jehová, y él me oyó,
Y me libró de todos mis temores.

Los que miraron a él fueron alumbrados,
Y sus rostros no fueron avergonzados.

Este pobre clamó, y le oyó Jehová,
Y lo libró de todas sus angustias.

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen,
Y los defiende.

Gustad, y ved que es bueno Jehová;
Dichoso el hombre que confía en él.

Temed a Jehová, vosotros sus santos,
Pues nada falta a los que le temen.

10 Los leoncillos necesitan, y tienen hambre;
Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.

11 Venid, hijos, oídme;
El temor de Jehová os enseñaré.

12 ¿Quién es el hombre que desea vida,
Que desea muchos días para ver el bien?

13 Guarda tu lengua del mal,
Y tus labios de hablar engaño.

14 Apártate del mal, y haz el bien;
Busca la paz, y síguela.

15 Los ojos de Jehová están sobre los justos,
Y atentos sus oídos al clamor de ellos.

16 La ira de Jehová contra los que hacen mal,
Para cortar de la tierra la memoria de ellos.

17 Claman los justos, y Jehová oye,
Y los libra de todas sus angustias.

18 Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón;
Y salva a los contritos de espíritu.

19 Muchas son las aflicciones del justo,
Pero de todas ellas le librará Jehová.

20 El guarda todos sus huesos;
Ni uno de ellos será quebrantado.

21 Matará al malo la maldad,
Y los que aborrecen al justo serán condenados.

22 Jehová redime el alma de sus siervos,
Y no serán condenados cuantos en él confían.